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Almirante don Galvarino Riveros Cárdenas
El héroe naval que sólo recuerdan los chilotes Un miércoles 8 de octubre de 1879 Chile logró la victoria más importante de la campaña marítima de la Guerra del Pacífico. En el Combate Naval de Angamos y tras la captura del Monitor Huáscar, el país obtiene el predominio en el mar. Aunque se trata de uno de los triunfos más importantes para la escuadra chilena, el 8 de octubre es una fecha que pasa casi sin pena ni gloria en el país, en contraste con lo que sucede con el Combate Naval de Iquique, pero hay un rincón de Chiloé donde la celebración es en grande. Es Curaco de Vélez, lugar donde vivió el contraalmirante Galvarino Riveros Cárdenas -su nacimiento aún es tema de debate: si Chiloé o Valdivia-, quien en ese entonces estaba al mando de la Escuadra Nacional. Con un poco más de 3 mil 500 habitantes, la comuna chilota se engalana para rendirle honores a su máximo héroe. Casas embanderadas, un gran desfile cívico-militar y un almuerzo comunitario para unos 700 invitados forman parte de los festejos, quizás los únicos que se desarrollan no solo en Chiloé, sino que en todo el país. "No volveré sin haber capturado al Huáscar o habré perecido en la demanda", reza una frase del célebre marino chilote en la placa que adorna su busto que está instalado en plena Plaza de Armas curacana y frente al que se depositan las ofrendas florales. La máxima de Riveros fue cumplida, las naves a su cargo atraparon al acorazado, pero tras 135 años de esta hazaña su nombre es casi desconocido. Para el historiador chilote Felipe Montiel, lo que ocurre con Galvarino Riveros es el "sino que sufren muchas personas en el país que no son reconocidas, pese a sus méritos". "Una de las características de nosotros, los chilenos, es no reconocer a las personas que han hecho grande a esta patria", afirmó el castreño. Además, expuso que "Galvarino Riveros pudo haber tenido críticas sobre cuál fue su actuación real dentro del combate, pero eso no significa que sea una persona que deba ser olvidada". A juicio de Montiel, exceptuando a Curaco de Vélez no hay ninguna otra comuna de Chiloé que recuerde o celebre el Combate de Angamos. Avenidas y establecimientos educacionales insulares que llevan el nombre del contraalmirante son la única forma con la que se destaca el rol de Riveros. Para el historiador, esto se debe a una costumbre que tiene el país de celebrar situaciones adversas, ya que si se analizan las conmemoraciones, en la mayoría de los casos se trata de derrotas o de triunfos morales como el Combate Naval de Iquique o el Desastre de Rancagua. "Hace unos días observaba con estupor la televisión cuando se decía que en Rancagua había un día feriado por la Batalla de Rancagua, pero esa es una derrota y resulta que nosotros en Chiloé ni siquiera nos acordamos que los chilotes, combatiendo en ese entonces por el ejército español, teníamos a más de mil soldados allí", explicó al docente. Respecto de Riveros, agregó que "en la época casi todos los héroes de guerra eran inmediatamente candidatos a ocupar cargos públicos en el país; entonces, ahí también hay un tema, porque muchos de estos soldados que fueron balmacedistas fueron olvidados por la historia". Montiel también precisó que "a lo mejor no todos lo siguieron, pero sí estuvieron de acuerdo con la actuación del Presidente Balmaceda durante la Revolución de 1891 y mucha de esa gente quedó en el olvido". La incertidumbre sobre la propia historia de Galvarino Riveros Cárdenas es otro de los elementos que jugaría en contra de su reconocimiento, ya que Chiloé no sería su lugar de nacimiento, pero sí en el que pasó su infancia. Así lo advirtió el profesor de Historia Armando Bahamonde, argumentando que "él no nació en un lugar que permitiera ser destacado en Chile, más aún perteneció a una familia humilde y, por lo tanto, eso ya fue una baja para que no tuviera un perfil o una trayectoria como los demás". Dentro de los datos aportados por el investigador chilote, también destaca que pese a que el Combate Naval de Angamos fue un triunfo para Chile, durante su desarrollo el jefe de la Escuadra Nacional habría cometido algunos errores estratégicos. Curaco de Vélez "Esta es una ocasión especial, el hijo ilustre Galvarino Riveros Cárdenas, así como tantos otros héroes que nacieron en nuestra comuna supieron enfrentar la vida y dejarnos un legado inmortal", expuso el alcalde curacano Luis Curumilla. El jefe comunal mencionó también que "su ejemplo no es pasado, nos marca un presente. El rostro histórico de Riveros nos da esa luz diaria que permite enfrentar con altura de miras la vida y las prácticas sociales y políticas puestas al servicio del bien común". Una tradición que se remonta hace más de 50 años es la que marca la celebración del Combate de Angamos en esta comuna chilota, la que comienza con el embanderamiento de la comuna y el izamiento del pabellón patrio en la casa réplica. El acto central que se realizó justo hace una semana en la plaza de la localidad y que considera palabras en homenaje a Riveros se extiende por cerca de 3 horas, ya que junto con las delegaciones de las Fuerzas Armadas y de Orden, desfilan frente a las autoridades todos los recintos educacionales, bandas de guerras escolares provinciales y regionales, bomberos, conjuntos folclóricos y organizaciones sociales. Tras la ceremonia, corresponde el almuerzo conmemorativo de un nuevo aniversario de la gesta del contraalmirante. Cada año son cerca de 700 los invitados que comparten un típico plato de la gastronomía insular, generalmente asado de vaquilla al caldero. Al igual que para Curaco de Vélez, para la Armada Galvarino Riveros no ha sido olvidado y cada año recuerdan esta fecha clave para el país. Rodrigo Gárate, gobernador marítimo de Castro, puntualizó que "el 8 de octubre de 1879, el comandante en jefe de la Escuadra, don Galvarino Riveros Cárdenas comandó a nuestra escuadra, lo que permitió destruir a la escuadra peruana, conquistando el Huáscar y, por supuesto, esto le dio la posibilidad al país de llevar la guerra hasta el corazón del pueblo enemigo, lo que fue fundamental para que Chile obtuviese la victoria en la guerra". El oficial naval igualmente esgrimió que "aquí en el Archipiélago de Chiloé y sobre todo en Curaco de Vélez, donde se encuentran descansando los restos del almirante Riveros, todos los años la comunidad hace un desfile con sus Fuerzas Armadas, con sus fuerzas vivas en honor a este héroe que llenó a nuestro país con laureles de la victoria en esta gran hazaña para obtener el dominio del mar". Galvarino Riveros Cárdenas nació en 1829, ingresando en 1843 a la Academia Militar, para luego proseguir estudios en la Armada, graduándose de guardiamarina en 1848. Además, en 1860 fue nombrado director de la Escuela Naval y sería en 1879 cuando el Gobierno de Chile por decreto lo asciende al grado de contraalmirante, asumiendo de inmediato la dirección de la Escuadra Chilena. Tras su retiro de la Armada, el oficial que fue hijo del capitán de la Independencia Juan Antonio Riveros y de Mercedes Cárdenas se radica en Santiago, donde fallece el 11 de enero de 1892.


[Volver]   Fecha :  16/OCT/2014
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